La traducción no trata sólo de saber dos idiomas. Es decir, conocer dos idiomas no significa que automáticamente se pueda ser traductor.
No hay nada más lejos de la verdad. El traductor debe poseer muchos otros conocimientos, sobre todo acerca del campo en el que traduce. Por lo tanto, sólo asignamos a nuestros traductores proyectos relacionados con los campos en los cuales se han especializado. Así, a un traductor financiero no le asignaremos una traducción médica, ni una traducción jurídica a un traductor científico.